jueves, 24 de septiembre de 2015

Feliz Año Nuevo

Feliz Año Nuevo; y no, no penséis que me he vuelto loca. Los que tenemos hijos en el colegio medimos el tiempo por cursos escolares, con todo lo que los inicios tienen de incertidumbre y de renovación.

La incertidumbre  proviene porque nuestros hijos están en continua evolución y eso hace que no haya edad tranquila, además que con el comienzo de curso introducimos cambios en nuestras rutinas y en la de nuestros hijos.

La renovación se produce porque siempre hay retos nuevos para nuestros hijos: que mejoren en los estudios o en el comportamiento, o actividades extraescolares nuevas a las que los apuntamos, entre otros aspectos. A lo que se añade los nuevos  retos que los adultos asumimos para este curso que comienza. Renovación no supone sólo nuevos proyectos, también implica dejar a un lado las actitudes que nos hacen daño y que afectan a nuestro entorno.

La propuesta que os hago para este inicio de curso está basada en cuatro actitudes: proponer, confiar, preguntar y colaborar; que seguro son actitudes que queremos que nuestros hijos adquieran.
  • Proponer. Todos tenemos ideas de cómo podrían funcionar mejor las cosas. Vamos a compartirlas con las personas que estén afectadas y no solo en nuestro grupo de amigos. De esta forma, convertimos nuestras opiniones en algo positivo y no se interpretarán como criticas, que casi siempre conducen a malos entendidos
  • Confiar. Como madre sé lo difícil que es no intentar controlar todas las situaciones que pueden dañar a nuestros hijos, pero debemos confiar en los profesionales que están implicados en su formación, así como en las capacidades intelectuales y emocionales de nuestros hijos para resolver sus propios conflictos
  • Preguntar. ¿Cuántas veces les decimos a nuestros hijos «pero si no te has enterado, por qué no has preguntado»? Les animamos y les decimos que no pasa nada por preguntar, que si preguntan se enterarán mejor. Si esto es un buen consejo para ellos, también lo es para nosotros adultos. Nos evitaríamos muchos conflictos, si preguntáramos lo que no hemos comprendido.
  • Colaborar. Colaborar es estar atentos a lo que podemos hacer para facilitar el trabajo de todos los que formamos la comunidad educativa: padres, profesores, auxiliares, entrenadores, entre otros. En definitiva, todos sumamos.
Os deseo que disfrutéis de un Feliz Año Nuevo y, para todo lo que necesitéis, ya sabéis dónde podéis encontrarme. Muchas gracias por confiar en mí un año más.

lunes, 7 de septiembre de 2015

Imágenes impactantes


En pocas semanas hemos asistido, a través de los medios de comunicación, a muchas imágenes que han dejado huella en nuestra memoria: la crisis de los refugiados, el derrumbe de dos edificios en Madrid, los temporales, y la violencia de género entre otras.

Existe un horario de protección a la infancia en televisión, y los telediarios están en este horario. Además nuestros hijos están en casa y nosotros queremos estar informados, pero tenemos que tener cuidado con las imágenes que ven nuestros hijos, porque no todas ellas impactan sobre las emociones de los niños de la misma manera, por lo que se deben gestionar de manera diferente.

Pensemos en la imagen de Aylan, el niños sirio  encontrado ahogado en la playa. Yo tuve la suerte de que la primera vez que vi la foto fue en internet, a través de la tableta. Por lo que ya sabía lo que me iba a encontrar en los medios de comunicación, sobre todo la televisión. Pues aún así, mi hijo pequeño, que todavía no tiene tres años, me preguntó: "¿Mamá, qué pasa bebé?".  Evidentemente, tuve que inventarme la respuesta.

Es la primera vez que me hago tan consciente de lo importante que son las imágenes sobre las emociones de los niños, aunque de ello ya haya escrito en alguna ocasión. Su inseguridad y su miedo duran mucho más que lo que las noticias duran en los medios. Esta inseguridad y este miedo les impide conciliar el sueño, y manifiestan lo que en los adultos identificaríamos como ansiedad. Intentemos, por tanto, evitar exponer a nuestros hijos a noticias que tengan una fuerte carga emocional.

Os recuerdo lo que hace que una noticia tenga una fuerte carga emocional:
  • Cercanía de edad: Aylan nos afecta porque podía ser uno de nuestros hijos, sobrinos, o nietos. A nuestros hijos les afecta porque se parece a ellos, a sus hermanos, y a sus amigos.
  • La imagen: Cuánto más real es la noticia, más tiempo permanece en la memoria. Por lo tanto, el mayor impacto es el de la televisión, luego una foto, luego un dibujo.... El mayor impacto lo tienen las imágenes unidas a la palabra. Permanecerán en nuestra memoria durante mucho tiempo el testimonio de los protagonistas de algunas de las noticias que han aparecido en los medios en estos meses de verano.
  • Las palabras, si no van asociadas a una imagen, son menos impactantes porque requieren de  que nos concentremos en el contenido de la noticia algo que, nuestros hijos más pequeños, todavía no son capaces de hacer.
Si han visto estas informaciones en los medios y tienen, por ello, sentimiento de inseguridad y de miedo, y les cuesta conciliar el sueño, lo mejor sería que les expliquemos lo que han visto. La edad es importante: cuanto más pequeños son, más necesario es persuadirles de que es muy difícil que estos sucesos ocurran aquí, que la gente normalmente no se queda sin casa, que habitualmente las personas no suelen tener que irse de su país, entre otras; cuando son más mayores, lo mejor es explicarles la realidad que están viendo y dejarles exponer su punto de vista. Debemos contestar a todas sus preguntas por extrañas que estas parezcan, y responderlas siempre, aunque se repitan durante varios días. Esas preguntas forman parte de su miedo y de su ansiedad, y nuestras respuestas les ofrecen la seguridad que necesitan.